- No arar: de esta forma se mantiene la estructura y composición del suelo con sus características óptimas de humedad y micronutrientes
- No usar abonos ni fertilizantes: mediante la interacción de los diferentes elementos botánicos, animales y minerales del suelo, la fertilidad del terreno de cultivo se regenera como en un ecosistema no perturbado.
- No eliminar malas hierbas ni usar pesticidas: estos destruyen los microorganismos del suelo. Fukuoka propone una interacción entre plantas que enriquece y controla la biodiversidad de un suelo. La presencia de insectos puede equilibrarse en un cultivo.
- No podar: dejar a las plantas seguir su curso natural.


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